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martes, 21 de febrero de 2017

El porqué de una calle Nueva

El siglo XIX, desde el punto de vista urbanístico, es una etapa de apertura de grandes avenidas que pretendían la modernización de las ciudades y su adaptación a los nuevos tiempos. Durante este siglo se realizan la reforma urbanística de Haussman en París y en España los ensanches de Madrid planeado por Carlos María de Castro y de Barcelona por Ildefonso Cerdá. También a Écija llegaron estos nuevos planes urbanísticos y desde mediados de siglo se estudiaba la necesidad de abrir una nueva vía que mejorara la comunicación en el centro de la ciudad.

Aunque hacia 1850 ya se había planteado la posibilidad de abrir una nueva calle desde la Plaza Mayor hacia el Parque de San Pablo, el proyecto por el que finalmente se optó transcurría hacia el Cerro de la Pólvora. Las discrepancias personales y los problemas económicos retrasaron el inicio de las obras desde 1877 hasta 1883, cuando se dió el visto bueno al proceso de expropiaciones. Los objetivos eran claros: facilitar el tránsito de los carruajes hacia el interior de la ciudad, mejorar las condiciones higiénicas de la ciudad y, por último, reducir la distancia entre los puntos más alejados.


El proyecto definitivo que concluiría con la inauguración de la Avenida Miguel de Cervantes en 1912 mostraba varias ventajas. Con respecto a los gastos necesarios para la expropiación de bienes inmubles, en este área se concentraban varios solares propiedad del Ayuntamiento, además que comparada con otras posibilidades, el precio resultante era menor. Aún así, se intentaría ocupar el menor espacio posible de cada una de las propiedades.

Las razones de higienes también se tuvieron en cuenta. Hasta ese momento, en los meses de verano la atmósfera en la Plaza Mayor era denso y casi irrespirable debido a la ausencia de calles más amplias que provocaran corrientes de aire que "purificaran" el aire concentrado en la plaza principal y que no en pocas ocasiones hacía que los habitantes abandonaran el centro de la ciudad por el ambiente insalubre que se respiraba.

Por último, estaba las mejores de comunicación. Hasta la apertura de la Avenida Miguel de Cervantes, desde el sector sur el acceso a la plaza del pueblo sólo se podía realizar por dos calles estrechas: la calle Cintería y la actual calle Virgen de la Piedad. Evidentemente, ninguna de ellas era propicia para el paso de los carruajes al centro comercial de la ciudad por lo que abrir en el trazado urbano una avenida agilizaría la llegada de los transportes al centro urbano.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
www.iaph.es
LÓPEZ JIMÉNEZ, Clemente: Más allá de la ciudad barroca. La morfología urbana de la Écija contemporánea. Sevilla: Diputación de Sevilla, 2016
MARTÍN SOLER, Antonio, "La Plaza Mayor de Écija en la segunda mitad del siglo XIX" en Actas del V Congreso de Historia de Écija. Écija: Ayto.de Écija, 2000.
MÉNDEZ VARO, Juan: La Avenida Miguel de Cervanes. Écija: Asociación Amigos de Écija, 2011 
SAN MILLÁN GALLARÍN, Carlos,  "Actuaciones sobre el recinto amurallado de Écija en los siglos XIX y XX y incidencia en la etructura urbana". en Actas del V Congreso de Historia de Écija. Écija: Ayto.de Écija, 2000.