1TWEET

1TWEET: "Hoy nuestro blog Écija Historia cumple cuatro años" (04/03/16)

miércoles, 29 de enero de 2014

¿Cómo se divertían los astigitanos?

Aunque estaban mal visto, los juegos de azar despertaban gran pasión ya entre los astigitanos (en realidad, entre todos los romanos) que gastaban fortunas tanto en casa como en los "casinos" de la época. Esto lo demuestra la gran cantidad de juegos de azar que existían. El "par e impar" consistía en esconderse en el puño piedrecitas, huesecillos o piedrecitas y adivinar si el oponente tenía una cantidad par o impar. Era un juego parecido al "cabeza o nave" donde, como en el "cara o cruz" se lanzaba un as de bronce teniéndose que adivinar cómo caería.

Fresco de la taberna de la vía de Mercurio (Pompeya)

No obstante, los juegos que más interés despertaban eran las tabas y los dados.Las tabas eran pequeños huesos del pie, de forma rectangular, con perfiles diferentes en cada uno se sus lados. Usando huesos de cabra, de oveja o imitaciones en marfil, bronce o piedra, se apostaba sobre las caras sobre las caras sobre las que caerían las cuato tabas. Las trampas eran tan habituales que se hizo obligatorio el uso de cubiletes. Aunque más popular aún era el juego de los dados. Los dados se fabricaban en metal, hueso o marfil, marcados con puntos, del uno al sesis. La mejor tirada eran tres seises y la peor tres unos. Los dados terminarían utilizándose en algunos juegos de mesa. En el "juego de las doce líneas" se movían las fichas conforme el lanzamiento de los dados. El "juego de los ladronzuelos" era similar a las damas pues consistía en intentar bloquear o rodear las fichas del adversario.

El juego se desarrollaba a veces en un ambiente de semiclandestinidad ya que estaba prohibido por ley, salvo durante determinadas festividades. Por ello se relacionó con ambientes de bebida y prostitución, prefiriéndose las tabernas a los lupanares por una  sencilla razón: el horario de apertura. Los prostíbulos abrían a partir de las tres de la tarde pero las posadas y tabernas estaban abiertas desde la mañana a la noche, lo cual permitía a los jugadores acudir a estos lugares a cualquier hora.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
NOVILLO LÓPEZ, Miguel Ángel, "El juego, más que un pasatiempo para los romanos" en National Geographic. Nº 120. Madrid: National Geographic, 2013.


No hay comentarios:

Publicar un comentario