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viernes, 23 de enero de 2015

Juan Bautista Morales y la disputa de los ritos.

Con este rimbombante nombre de "la disputa de los ritos" se conoce a la controversia surgida entre distintas órdenes misioneras durante el siglo XVII. Recordemos que tras el descubrimiento de América por Colón (1492) y en paralelo a la posterior colonización del Nuevo Mundo (es decir, la explotación sistemática y abusiva de sus riquezas), la Iglesia se lanzó a la tarea de evangelizar a los nativos de los nuevos territorios siguiendo las también rutas que se íban abriendo: Nueva España (México), Perú, Filipinas, China,...
Convento de San Pablo y Santo Domingo

La polémica se inició cuando franciscanos y dominicos especialmente, denunciaron ante el Papa los métodos utilizados por los jesuitas para evangelizar en el Extremo Oriente. Parece ser que la Compañía de Jesús estaba interesada en una cristianización rápida más que real donde los intereses económicos se entrelazaban con los espirituales. Digamos aquí que la orden jesuita se había convertido ya en América en una de los grandes latifundistas y eran  famosas la riqueza y productividad de sus haciendas americanas. Se afirmaba que la tolerancia de los jesuitas con respecto a las costumbres ancestrales de la región o con el confucionismo era mayor de lo deseable, dando lugar a una condescendencia que provocaba creencias heréticas desde su nacimiento. Aunque dudamos que estas discusiones le importaran a los nativos que estaban siendo evangelizados - ni siquiera se enterarían - lo cierto es que tuvo que ser de gran importancia. No en vano, la controversia se extendió durante el pontificado, oficialmente al menos, de ocho Papas distintos.

El lector avezado se preguntará cuando aparece en esta historia nuestro paisano Morales. Comencemos por el principio. Juan Bautista Morales nació en Écija el año 1597 y siendo apenas un adolescente entró a formar parte de los dominicos. Siguiendo las directrices de su congregación cruzó el mar oceáno y se dedicó a la evangelización primero en México, más tarde en Filipinas y, finalmente, en China adonde llegó en 1633 para asentarse en la provincia de Fujian con otros dominicos. Juan Bautista como misionero aprendió el tagalo (lengua mayoritaria en Filipinas), el chino mandarín y otros dialectos asiáticos. De hecho fue autor de un Diccionario Español-Chino y de una Gramática Española-China, además de obras de otro carácter como la Historia Evangélica del Reyno de China junto a los Padres J. García y F. Varo o Informaciones jurídicas sobre los ritos chinos (1645-1646).

Habiendo estallado la polémica sobre la evangelización jesuita, los dominicos enviaron en 1643 a Morales desde China a Roma para convencer al Papa Inocencio X sobre la necesidad de tomar medidas contra la Compañía de Jesús. Juan Bautista Morales se entrevistó con el Sumo Pontífice en 1645 que condenó los métodos seguidos por los jesuitas. A pesar de ello (ya dijimos que era una historia de decretos y "contradecretos") la polémica continuó y Morales tuvo que convencer otra vez más a Roma después de que bajo el pontificado de Alejandro VII se volviera el favor hacia los jesuitas. El Papa Clemente IX, ya fallecido Morales, devolvería la razón a los dominicos aunque la controversia continuaría hasta comienzos del siglo XX.

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