| Catedral de Ntra. Sra.de la Almudena, Madrid. |
A pesar de que el origen de la catedral madrileña de la Almudena puede situarse en una pequeña iglesia del siglo XIV-XV, su pertenencia a la archidiócesis de Toledo, hizo que sólo a partir de 1868 se comenzara a plantear la necesidad de un templo catedralicio, más aún cuando en 1885 León XIII aprueba a través de una bula la fundación de la diócesis de Madrid-Alcalá. Sin embargo, habría que esperar hasta 1993 para que el Papa Juan Pablo II consagrara el templo.
Proyectada como una catedral neogótica, comenzó a edificarse por la cripta en un estilo neorrománico, que cuando se reanudan los trabajos en 1950, después de décadas paralizados, pasa a ser gótico en el interior y neoclásico en el exterior. Interrumpida de nuevo su construcción a mediados de los sesenta, sólo la fudación de un patronato en 1984 consiguió la financiación necesaria para culminarla definitivamente. Estas idas y venidas han convertido a la catedral de la Almudena en un edificio ecléctico, de "neo-estilos" que se superponen, incluso para algunos estudiosos, un edificio sin alma, cuya decoración es obra de diferentes artistas del siglo XX, entre ellos el "ecijano" Cesáreo Cambronero.
| Cripta de la Catedral de Ntra. Sra. de la Almudena |
Cambronero, aunque nacido en Cerezo de Henares (Guadalajara) en 1922, fue ecijano de adopción. De hecho, fue nombrado hijo adoptivo de nuestra ciudad en 1993 a título póstumo, un año después de su fallecimiento. Conocido como "el pintor de Écija", su trabajo no se quedó en una única temática y realizó paisajes, retratos, escenas taurinas, temas mitológicos, bíblicos y religiosos.
Evidentemente, este último es el tema de su obra para la catedral de la Almudena, un mural de más de 3x2 metros de dimensiones, pintada al fresco y encargada para decorar una capilla de la cripta por el prócer ecijano Joaquín de Soto Hidalgo. Fue ejecutada bajo la dirección de Cambronero en 1977 y representa a la Virgen del Pilar que desciende del cielo para curar a un enfermo español que se encontraba en la Clínica Madonina de Milán. En los ángulos de la zona inferior San Isidro Labrador y San Joaquín. En sintonía con el marco arquitectónico, Cambronero muestra un evidente eclecticismo de complejas técnicas como el dorado o el repujado. La obra denota su profunda formación autodidacta y su aprendizaje de las técnicas, composiciones, efectos,...a partir de las obras de los grandes maestros expuestas en el Museo del Prado.
PÉREZ CALERO, G.: "En torno al muralismo contemporáneo. Una obra madrileña de Cesáreo Cambronero" en Laboratorio de Arte. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1988.
PÉREZ CALERO, G.: "En torno al muralismo contemporáneo. Una obra madrileña de Cesáreo Cambronero" en Laboratorio de Arte. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1988.

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