El término fielato procede de la palabra fiel, o lo que es lo mismo, balanza. Con este nombre se denominaba popularmente a las casetas de cobro de los impuestos municipales para el comercio de mercancias, que oficilamente tenían la denominación de estaciones sanitarias puesto que también servían para ejercer el control sanitario sobre los alimentos que llegaban a la ciudad.
Los ingresos de las arcas municipales recogidos en los fielatos podían llegar en ocasiones a ser tan importantes que ascendían al 60 o 70% del total recaudado. La función era el gravamen sobre cualquier producto llegado a la ciudad, bien traído por las familias campesionas, que transportaban su producción hasta la ciudad, buscando los atajos necesarios para salvar el control de los fielatos, bien por parte de habitantes de la ciudad que se agenciaban en las fincas del ruedo urbano productos agrícolas y ganaderos.
Iniciándose su construcción durante el siglo XVIII, como es el caso del fielato que se conserva en la Avenida de los Emigrantes de Écija, y construyéndose los últimos alrededor de la década de los sesenta, se solían levantar en los límites de la ciudad a modo de aduana municipal.
MI abuelo, Ramón, estuvo de "consumista", precisamente en esa casa.
ResponderEliminarSaludos y gracias por el Blog, que me permite recordar cosas de mi pueblo
Muchas gracias a ti por seguirnos.
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