Almudena Gómez Granados (Écija, 1997). Estudiante del Grado de Arqueología en la Universidad
de Sevilla. También antigua alumna en el IES San Fulgencio y en el
Conservatorio Elemental de Música Fray Juan Bermudo. Principiante en el
mundo de la arqueología y con aspiraciones a conocer en profundidad la historia romana y andalusí. Esta serie está basada en un trabajo de clase para la asignatura Historia Medieval.
Torre albarrana en calle Merinos | Foto: Almudena Gómez |
Las
tropas dirigidas por Tariq ibn Ziyád entran en la llamada Astigi, de visible
urbanidad romana y visigoda, en el 711 asaltando las murallas de la ciudad de
origen romano y tomando esta por la fuerza, a diferencia de ciudades como
Hispalis, con la que pactó de manera pacífica. La
conquista de esta les sirve estratégicamente para el avance y la toma de la
cuenca del río Guadalquivir. Además, con su victoria se decidiría en gran
medida el destino de la Hispania del momento. El poder andalusí permanecerá
vigente en Écija hasta el 3 de mayo de 1240, cuando
Écija es entregada a Fernando III de Castilla, el cual incorporó la ciudad al
proceso de la Reconquista participando sus ciudadanos en la batalla del Salado.
Cuando
las fuerzas perseguidas por Tariq fueron vencidas, los cristianos se refugiaron
en la Écija amurallada, mientras que las tropas de Tariq se asentaron cercana a
esta. El asedio se prolongó un mes. Al tomar Écija se dirigen hacia el norte
con destino a Toledo. A pesar de ello, las luchas no terminan en Écija tras su
conquista ya que años más tarde la zona es testigo de enfrentamientos sirios al
mando de Balch b. Bixr.
Su
ubicación céntrica entre amplias comarcas y riquezas mineras de al-Andalus y su
situación en la cuenca del río Guadalquivir, como también la fertilidad de sus
terrenos, la convertían en un territorio apropiado para el desarrollo notable
de una ciudad
Representación corográfica de Écija | Fuente: Valencia, R. op. cit. |
Cuando la dinastía Omeya entra en el poder, Écija
pasa a ser la capital de la cora (kura,
plural kuwar), entre los siglos VIII
y XI. Es una provincia de carácter militar, civil, judicial, religioso y
fiscal. Al fundarse un emirato independiente en 756, el célebre Emirato de
Córdoba, la cora de Écija queda supeditada como tributaria de esta. Estaba rodeada por las coras de Córdoba, Cabra, Málaga, Ronda, Morón,
Sidonia, Sevilla y Carmona.
Según
al-Idrisi, una vez ejercido el poder en al-Andalus por Abd al-Rahmán I, esta
estuvo repartida en estos términos, que a su vez se subdividían en otros
distritos más reducidos llamados climas (iqlím,
plural aqalim) y en comarcas libres
de impuestos (yuz’, plural ayza). En el caso de Istiyya, estuvo
dividida en cinco aqalim (entre ellas Estepa, Osuna y Marchena) y poseía más de
1000 alquerías según las fuentes. Era una “cora relavitamente poco extensa”
según el historiador Lévi-Provençal. Estaba situada al sur y oeste de Córdoba y flanqueada, a su vez, por el
Guadalquivir. Al este limitaba con la de cora de Cabra y al oeste se unía a la
de Morón y Carmona. Hacia el sur confinaba con la cora de Málaga (Rayya) y
Ronda (Takurunna) por el distrito de Alhonoz (al-Junus), al sur de la ciudad de
Estepa. Con la cora de Sevilla (Isbiliya) limitaba, según Ibn Hayyan por
Turrix, quizás refiriéndose a lo que viene a ser “Siete Torres”, al oeste del
río Genil.
Al
establecerse en Écija los musulmanes, momento en que la guarnición de la plaza
fue entregada a los judíos, los árabes comenzaron a adoptar medidas severas y
estrictas con la población. Les hace pagar cierto tributo a los mozárabes que
no se convirtieran al islam, y en cuanto a los muladíes se les llenó de
riquezas. Cabe destacar que Écija fue una de las primeras ciudades ocupada por
los musulmanes. Estos transcriben su nombre romano de Astigi,
en primer lugar, por el de Medina Alcotón, por la especialidad en sus
algodones, posteriormente a Medina Estigha o Ciudad Rica, y finalmente a Istichcha (“las
ventajas se han reunido”).
(*) Bibliografía en la última entrada de la serie.
Próximo número de Écija andalusí. II. Principales edificaciones.
(*) Bibliografía en la última entrada de la serie.
Próximo número de Écija andalusí. II. Principales edificaciones.
No me gusta comentar cosa evidente tipo que bien esta escrito, que interesante y esas cosas, porque se entiende... Pero si me gustaría hacer una critica constructiva sin animo de ofender a nadie. La bibliografía hay que ponerla siempre, no vale con decir al final de la serie, luego el lector tiene que buscar entre los diferentes capítulos para saber de donde se saca cada parte... En este pequeño artículo la autora habrá usado uno, dos o lo que sea número de documentos y ese debería de decir cuales, en el último capítulo de la serie habrá 500 libros que poco tenga que ver con el ultimo capitulo y sin la correspondiente bibliografía en este artículo de hoy, yo no puedo saber si lo que se ha escrito es algo serio o inventado... Todo queda más profesional y más serio si también divide la bibliogradía por capítulo. Un cordial saludo e interesante artículo
ResponderEliminarDesde hace años trabajo creando Webs, algunas de ellas son blogs, y lo primero que se tiene que tener claro es que la estructura de un blog para nada se parece o debe parecer a la estructura de un libro de divulgación o de investigación histórica, por poner un ejemplo. Los blogs son un medio de divulgación con una estructura muy diferente a la de un libro.
EliminarCreo que Anónimo ha sido muy correcto en su aportación y, además, plantea una seriedad que para otras Webs de carácter investigador o científico sería ideal, pero no para esta (desde mi modesta opinión), entiendo que la haría pesada y dejaría de tener tantos seguidores al hacerla más “tipo libro”. Sigo desde hace tiempo el magnífico trabajo contenido en este blog, que asombra en cuanto a su dinamismo y facilidad de seguimiento, y por ello me gustaría aprovechar para dar la enhorabuena a los autores por su excelente trabajo.
Siempre hay que valorar si esos “fallos” que aconseja Anónimo que se resuelvan están por encima de la calidad y amenidad de lo expuesto, aunque me da la impresión de que los autores, si así se les pidieses, no tendrían ningún problema en facilitar al público todas las referencias y el listado bibliográfico.
Este blog tiene todo el espíritu de Internet: no hay nada más bonito que compartir con los demás sin pedir nada a cambio y ese es uno de los valores fundamentales de la Web 2.0 y de este Blog.
Perdón por no identificarme, pero creo que es el primer y no único error que ha cometido nuestro Señor Anónimo, algo que estoy seguro reconocerá como algo no muy apropiado cuando se da una opinión. Un saludo.