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jueves, 28 de julio de 2016

Écija andalusí (y IV).

Almudena Gómez Granados (Écija, 1997). Estudiante del Grado de Arqueología en la Universidad de Sevilla. También antigua alumna en el IES San Fulgencio y en el Conservatorio Elemental de Música Fray Juan Bermudo. Principiante en el mundo de la arqueología y con aspiraciones a conocer en profundidad la historia romana y andalusí. Esta serie está basada en un trabajo de clase para la asignatura Historia Medieval.


POBLACIÓN
Hay cierta heterogeneidad en cuanto a los componentes étnicos y culturales. En primer lugar, permanecería un substrato preislámico de hispano-visigodos que serían los futuros muladíes. Quizás estos serían el componente más numeroso de la población. Otros substratos que llegaron con la conquista sería de origen sirio y beréber. 

El arqueólogo y arquitecto Torres Balbás propuso una fórmula para determinar la población de una ciudad. Para ello calculó que la vivienda media poesía unos 170 m2. Entendemos entonces que el recinto murado de Écija, según los autores de la Carta Arqueológica, era de 42 hectáreas aproximadamente. Con ello podemos calcular que la población pudo llegar a alrededor de unos 18.000 individuos.
 
Hallazgos en Plaza de España. Fuente: García Baena, A. (2006) Écija musulmana, ulemas y familias. Asociación Cultural Ecijana "Martín de Roa".
Sabemos que de esta población un gran número de soldados participaron durante el reinado de Muhammad I en una campaña contra Yiliqiya (Galicia) en el 249H./863, entre otras poblaciones que también aportaron soldados como Ilbira, Cabra, Morón o Algeciras.

Los ulemas fueron personajes intelectuales que vivieron en esta medina andalusí. Gracias a los estudios onomásticos y biográficos de al-Andalus trabajados por el CSIC conocemos nombres y datos biográficos como fechas (en Hégira y en cristiana) de nacimiento, defunciones y aspectos de sus vidas relacionados con Istiyya.
 
Entre otros personajes concretos encontramos nombres de gobernadores de la cora de Écija, jefes de mercenarios, imanes, cadíes, hijos de libertos de Écija, o un individuo llamado Ismail ben Isháq Ibn al-Tahhán que escribió Kitáb fi rival al-Istiyya, una obra perdida sobre la vecindad de Écija en el período de los Omeya. Además, en los datos estudiados aparecen en mayor medida profesiones como escritores, matemáticos, poetas, cadíes, jefes de policías (sahib as-surta) o teólogos.

En cuanto al número de ulemas y cadíes por provincias entre fines del siglo IX e inicios del siglo X en Écija se encuentran datos de 53 personajes, superando considerablemente la media de las grandes ciudades andalusíes. quedando por encima Saraqusta (Zaragoza), Ilbira (Elvira) o Tulaytula (Toledo) con 86 personajes y, a su vez, encontrándose más que en Isbiliya (Sevilla) con los datos de unos 42 individuos.

Aunque hay escasa información, se han realizado breves estudios sobre las familias ecijanas que pudieron estar presentes entre las que se encuentran: la familia Azhar, la familia ‘Amrus, la familia al-Muradi, la familia Hazm, la familia Jalid, la familia ‘Asim, la familia ‘Aysum, la familia Mahamis o la familia Nasri

ECONOMÍA
 La economía se basaba en la agricultura. La producción cerealística cumplía un papel fundamental. Su evidencia es el apellido “al-Barraz”, cuyo significado es “comerciante de granos” (Valencia, 1988). El trigo y la harina era la base de la que se sustentaba la población. La obtención de la misma se hacía a través de ingenios hidráulicos situados en el curso del río Genil.

Junto a los cereales tuvo gran importancia el olivo. Al-Gassani nos deja por escrito que en las 8 millas que se recorrían desde Marchena a Écija abundaban olivares y en cada bosque de esos había un almacén de aceitunas y una vivienda para los encargados. También, a partir de Écija y durante nueve días de camino había olivos por los cuatro lados del caminante. Con tres procedimientos de fabricación obtenían tres tipos de aceites diferentes: Zayt al-ma’ o aceite al agua, zayt al-masara o zayt al-badd o aceite de prensa, zayt al.mat.buht o aceite cocido. El cultivo del olivo estaba asociado al de la vid, bien para el consumo del alcohol o para la producción de pasas.

Elementos cerámicos: candil, dos jarras y un fragmento de ataifor | Foto: Almudena Gómez
 
También nuestra ciudad era importante productora de algodón, miel, pasas, azafrán, miera, resina, cera, almendra, castaña y lino o el cultivo de la higuera. En ganadería el autor Ibn ‘Idari afirma que en la zona de Istiyya abundaban las cabezas de ganado bovino y ovino superando las 50.000 cabezas.
La actividad comercial tuvo una gran importancia. Según al-Himyari afirma que el nombre de nuestra villa significa “posee todas las cosas necesarias”, ya que reunía todo tipo de recursos y de ventajas.

Igualmente, hay constancia de la presencia de una alhóndiga (al-funduq), lugar donde se guardaban los productos comerciales para su menudeo. También eran lugares donde se hospedaban los comerciantes. La ubicación de esta sería, al oeste de la actual Iglesia de San Francisco.

Para la labor de las tierras se construyeron norias junto al río Genil con el fin de distribuir el agua para el riego de algodonales y las huertas. Para el aprovisionamiento de agua conocemos dos inscripciones cúficas hoy ubicadas en la torre de la Iglesia de Santa Cruz que narran las órdenes de dos califas para la edificación de dos obras de ingeniería hidráulica. Una de ellas fue una fuente en febrero del año 930, donde una construcción fue solicitada por el califa Abd al-Rahman III y otra por Subh, la sayyida o esclava favorita de al-Hakam II y madre del califa Hisham II, que ejercía cierto poder de influencia en la política. A día de hoy no se han encontrado la ubicación de estas. 

CONCLUSIÓN
Cabe destacar que a diferencia de Isbiliya (Sevilla), Istiyya redujo el espacio amurallado con respecto al romano. También debemos recordar que las medinas de Isbiliya y Qurtuba fueron de mayores dimensiones. Sin embargo, en síntesis, con este trabajo se puede constatar la importancia que ejerció Écija en al-Andalus: una medina con numerosos ulemas, siendo una de las primeras ciudades invadidas po rla cultura musulmana, con una situación estratégica entre Isbiliya y Qurtuba y posicionada junto al río Genil, una zona fértil, defensiva, y también clave para el transporte y comunicaciones.

BIBLIOGRAFÍA DE LA SERIE

Valencia Rodríguez, R. (1988) Los territorios de la Cora de Écija en época árabe. Actas del I Congreso de Historia de Écija, 315-336.
Hernández Díaz, J., Sancho Corbacho, A., Collantes De Terán, F. (1995) Catálogo Arqueológico y Artístico de la provincia de Sevilla. Sevilla: Diputación. Vol. III, 211-231.
Excmo. Ayuntamiento de Écija. (1991) "Écija en la Edad Media y Renacimiento" Actas del III Congreso de Historia.
García Baena, A. (2006) Écija musulmana, ulemas y familias. Asociación Cultural Ecijana "Martín de Roa".
Sáez Fernández, P., Ordóñez Agulla, S., García Vargas, E., y García-Dils de la Vega, S. (2004) Carta Arqueológica Municipal de Écija. La ciudad.
Freire Gálvez, R. (s.f) Écija, lo que perdimos y lo que no conocemos, cap III.
Turismo Écija. Ayuntamiento de Écija.  Recuperado de http://www.turismoecija.com/arqueologia.php
Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Recuperado de http://iaph.es/ecija
Museo Histórico Municipal de Écija. 
 

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