sábado, 10 de mayo de 2025

Cuando perdimos la cruz de San Juan

 Tan solo con leer el título de nuestra entrada cualquier cofrade ecijano sabe de qué vamos a escribir. Exactamente. Hoy nos vamos a detener en cómo una joya de plata y carey, la cruz que pertenecía a la hermandad de San Juan se perdió y desde hace más de cincuenta años forma parte central del patrimonio de la cofradía de las Penas de San Vicente de Sevilla.

Siguiendo lo recogido por el historiador Gerardo García León, la cruz había sido encargada en1734 por el Marqués de Alcántara del Cuervo, por aquel entonces hermano mayor de la corporación ecijana. Aunque durante cierto tiempo se habla de orígenes americanos, en realidad, fue encargada al maestro ebanista Juan Francisco de Pareja, vecino de Andújar. Desde entonces, la cruz se utilizó tanto para los desfiles procesionales en la madrugada del Viernes Santo como durante el tiempo que la imagen permanecía en su camarín.

Jesús Nazareno de San Juan
con su antigua cruz
(Laboratorio de Arte)

Así llegamos a 1958. En ese año se decide ampliar la canastilla del paso del Nazareno y se modifica la posición del Señor. Algunos estudiosos hablan de una "granpoderización" de la imagen y, como en el caso de Jesús del Gran Poder, se intenta conseguir una sensación de avance inclinando ligeramente el torso. Con estos cambios y la ampliación de las andas, la cruz queda en desuso y es sustituida por una cruz arbórea de dimensiones más acordes con el nuevo paso.

Es en este momento cuando debemos introducir en esta historia a Ricardo Comas, pintor y profesor de dibujo que realiza, en aquellos años, diferentes encargos para Écija, entre ellos la decoración de la iglesia de San Juan. No es muy descabellado concluir que durante sus trabajos, Comas conociera de la existencia de la joya que poseía la hermandad de San Juan y que, sabiendo también del crecimiento que estaba viviendo en aquellos momentos la corporación de San Vicente, avisara a Juan Carrero, uno de los artífices del auge de la cofradía sevillana.

Siguiendo el relato del propio Carrero en La Hermandad de las Penas: Su Historia, Comas le mostró una fotografía de la cruz y también sobre el deteriorado estado en la que se encontraba la misma. En el verano de 1966, otro hermano de las Penas le facilitó a Juan Carrero una serie de fotografías que confirmó del extraordinario valor de la cruz. Ese hermano era el músico Antonio Pantión, autor de la archiconocida marcha de procesión Jesús de las Penas, y que había acudido a Écija para el acompañamiento musical en algún acto litúrgico.

Después de esto los acontecimientos se precipitan. Comas se ofrece a trasladar la cruz a Sevilla. En marzo de 1967 llega la cruz a San Vicente donde los miembros de la Junta de Gobierno constatan tanto la riqueza de la obra como su mal estado. A principios de abril, el cabildo de la hermandad ecijana autoriza la venta y un grupo de donantes de las Penas hacen entrega de una señal de 15.000 pesetas. Ese mismo mes, el arzobispado autoriza la compraventa entre las dos organizaciones religiosas y a finales de mes se cierra el acuerdo al entregarse la cantidad restante (110.000 pesetas).

Jesús de las Penas
con la cruz de San Juan
(cuestiondecofradias.blogspot.com)
Por 125.000 pesetas se marchó para siempre esta joya de incalculable valor. Una pérdida irreparable para el patrimonio ecijano. Si os sirve de referencia, el coche más popular en la década de los 60, el SEAT 600, costaba entre 60.000 y 80.000 pesetas; un trabajador medio podía tardar más de cuatro años en alcanzar esa cifra y podía ser suficiente para comprar un piso pequeño o una casita en barrios periféricos o en zonas rurales o la entrada de un piso en un capital como Madrid y Barcelona.









BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Carrero Rodríguez, J. (2000). La Hermandad de las Penas: Su historia. Hermandad de las Penas de San Vicente.

García León, G. (1993). La cruz de las Penas de San Vicente. Laboratorio de Arte, (6), 305–310.

Rodríguez, J. A. (2017, enero 10). Así llegó la cruz de carey a las Penas de San Vicente. ABC.


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