(Personajes secundarios de la Pasión, V)
En el momento de la muerte en la cruz de Jesús, tres mujeres aparecen acompañando a la Virgen María: María Salomé, María Cleofás y María Magdalena. Tras los doce apóstoles éstas mujeres aparecen en los relatos evangélicos como las seguidoras más destacadas del Maestro y convertidas en las primeras testigos de la resurrección del Rabino o, más bien, de la ausencia de su cuerpo en el sepulcro de la Roca.
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María Magdalena (Foto: Hdad. La Mortaja). |
Por delante de María de Cleofás, prima de María y casada con un primo de José de nombre Cleofás, y de María Salomé que aportó perfumes para ungir el cuerpo de Cristo, la figura más enigmática de las tres es la de María Magdalena. Cristo eligió a María Magdalena para hacer su primera aparición como Jesús Resucitado e, incluso, una tradición la señala como esposa del Galileo. De hecho, las palabras que le dedicó a Jesús al aparecer ("
Rabbuní") han sido traducidas por un "mi marido" en un hebreo coloquial. Desde ahí se ha producido la reinterpretación de algunas escenas evangélicas y, por ejemplo, se ha identificado a María Magdalena como "el discípulo amado" que canónicamente se identifica con San Juan.
La imagen clásica de María Magdalena como prostituta arrepentida es muy posterior a su muerte. El Papa León Magno en el siglo V creó esta visión a partir de la lectura de los Evangelios aunando en ella varias menciones femeninas que se hacen en las Sagradas Escrituras.
EN NUESTRA SEMANA SANTA: María Magdalena junto a María Cleofás y María Salomé forman parte del conjunto escultórico de la Sagrada Mortaja que hace su estación de penitencia durante el Viernes Santo. Además, como en el caso de José de Arimatea y Nicodemo, también lo hizo en el anterior paso de la Quinta Angustia de la Hermandad del Santo Entierro.
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