Se conoce como Neolítico al momento en el que los grupos de cazadores y recolectores de la prehistoria dan paso a un nuevo sistema económico y social basado en la agricultura, la ganadería y, por tanto, en la conversión en grupos sedentarios con un hábitat más estable, primero en cuevas, más tarde al aire libre.
En la Península Ibérica, la cronología del Neolítico se sitúa entre 8.000 y 3.000 a.C.. En el caso de Écija, se localizaría como parte del círculo del Bajo Guadalquivir, donde la revolución cultural y económica, llega procedente de las sierras, avanzando de sur a norte, hacia Sierra Morena. Con el acercamiento a los valles, se fueron abandonando las cuevas y extendiéndose los asentamientos al aire libre.
A orillas del Genil, del río Blanco, de otros arroyo o en las lomas cercanas, se fueron ubicando diferentes grupos humanos que habían alcanzando la domesticación de los primeros animales (ovejas, cabras, cerdos,...). Más tardía fue el dominio de la agricultura que llegó por influencia del Neolítico levantino. También poseían una cerámica propia conocida como cerámica a la almagra, bruñida y de un rojo intenso efecto del óxido de hierro y de la cocción.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. (dir.), Historia de España. Desde la Prehistoria hasta la conquista romana (siglo III a.C.). Barcelona: Planeta, 1990.
PELLICER CATALÁN, M., Panorama de la pre y la protohistoria astigitana en Actas del I Congreso de Historia de Écija. Écija: Ayto.de Écija, 1988.